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ciudadanoEFE

leer el periódico

camino en silencio y, de repente, las vistas de la ciudad me hacen pensar en una canción de la costa brava: natalia verbeke. no recuerdo qué dice pero su tarareo encaja a la perfección con mi apatía incierta. y al llegar a casa me refugio en ella. me reconforta descubrir su letra, tan simple y tan repleta de trazos de ésta, nuestra sociedad (del bienestar).
el ciudadanoEFE ha llegado hoy tres minutos tarde a la redacción porque estaba, junto a algunos compañeros, viendo fotos del viaje de final de carrera. y ha llegado sin haberse leído el periódico, por supuesto.
recuerdo con ternura mis primeros días de prácticas, en los que llegaba con la prensa leída y los cortes de voz de hora 14 aún resonando en mis oídos. una buena costumbre a la que no cuesta tanto desacostumbrarse. los canutazos de aquellos días fueron también mucho más especiales.
los de la costa brava cantan que "vivimos de verdad"; "gente corriente, buscando en el sábado el final". dicen también que "hoy no sé quién soy", que "sigo esperando a alguien". y como les "da miedo pensar qué va a pasar cuando todo esto acabe", resumen su discurso en un conciso "hoy no quiero hablar".
después de dos años en la facultad, a tres semanas de licenciarme, todo cuanto he hecho esta tarde ha sido leer el periódico. apenas hablo con los demás y me planteo por qué; si estoy actuando con normalidad o si, por lo contrario, estoy desaprovechando la oportunidad de entablar relación con periodistas a los que me encantaría escuchar. pero sigo absorto en mi lectura. de vez en cuando busco algo en internet: información sobre el plan puebla-panamá, información sobre las fuerzas armadas... existe también la variante de buscar noticias curiosas, o la de intentar ponerse al día a base de fotografías.
caminar en silencio por la calle tiene sus cosas buenas. en un paso de peatones, mientras el semáforo aguardaba en rojo, he esperado junto a una chica que rizaba sus rizos rubios con los dedos; y junto a un pakistaní; y junto a un ciclista al que se le había acabado el carril bici; y junto una mujer sencilla, de unos 60 años, cuya sola presencia sorprendía de por sí. y luego he visto un como joven con corbata conducía con tranquilidad un coche blanco, muy moderno.

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