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ciudadanoEFE

destiny's child

la semana de antes la pasé hundido en la miseria del desempleado. la noche de antes la pasé colgando sueros y cambiando pañales; descifrando letras en los ratos libres con mi diccionario collins. pero las tristezas recicladas y el poco sueño valieron la pena, sin duda. tres preguntas, tres miradas, noventa euros...
llegué a la casa ronald mcdonald de barcelona sin saber mucho de ellas. lo más ilustrativo fue conversar con elena, una fan suya a la que conocí porque vive con pau y que me pasó preguntas a cambio de que intentase conseguirle un disco firmado (que no pudo ser).
el hogar ronald mcdonald es una movida financiada por (los donativos de los clientes de) la multinacional hamburguesera en la que viven niños de otras ciudades que están recibiendo tratamiento médico, mayoritariamente por cáncer. la de barcelona, con capacidad para unas 15 familias, es la única que hay en españa, aunque pronto inaugurarán otra en madrid. el gerente de la casa me estuvo explicando algunas cosas... luego descubriría que era el padre de una amiga mía, que también estaba allí, y pudimos seguir hablando. pero bueno, eso para después...
también hablé con el payaso, por cierto. un tipo desquiciante que se empeña en convencerte de que él no transmite nada relacionado con las hamburguesas, sino sólo diversión... ¡grr! si lo hubiese conocido hace diez años probablemente le hubiese pedido un autógrafo, pero el otro día... en fin, mejor no digo más.
nosotros éramos los únicos que íbamos a poder grabar la visita de las destiny's. unos 20 periodistas, entre fotógrafos, cámaras y redactores, esperábamos su llegada en la terraza. y, como corresponde, como divas que son, no fue corta, la espera.
los de su séquito decidieron que "mejor sentadas" tras una mesa y los fotógrafos amenazaron con largarse si no podían inmortalizar sus piernas. y todos dijeron: "sí, sí, nos vamos ¿eh?". así que al final quitaron la mesa.
y después del maquillaje aparecieron. guapísimas, sonrientes, divinas. yo estaba a poco más de un metro, sosteniendo el micro en silencio. me fijaba en el ambiente: niños pequeños, anoréxicos. niñas sin pelo, con gorrito, cogidas de la mano de sus padres... y niños de agencia, también. demasiado monos y demasiado fashion. contratados para rellenar, seguramente.
y bueno, las preguntas chorras se sucedían. pero cuando beyoncé o kelly me miraban a los ojos, cuanto había alrededor se derrumbaba. lo recuerdo muy bien... cuando beyoncé o kelly me miraban a los ojos, cuanto había alrededor se derrumbaba.
así, 25 sonrisas y 1000 fotos después, la prensa se marchó y las destiny's entraron en la sala. y sus amplísimos guardaspaldas me dejaron entrar a mí también, después de varios gestos de súplica e indignación.
dentro se rodearon de niños, cantaron canciones con el payaso, comieron pastel. y se dejaron fotografíar/grabar, por supuesto. se las veía tan a gusto, tan contentas... tenía ante mis ojos a la mejor cara del capitalismo ¡pero que cara tan bonita! ¡tan hipnótica!
20 o 30 minutos después volvimos a salir a la terraza, pero ahora sólo con los jefazos de mcdonalds españa, el séquito de las destiny's y los de la mtv. johan, con quien más tardé intercambié impresiones sobre nuestros respectivos peinados, las entrevistó en inglés durante cinco o seis minutos. yo aguardaba detrás, a la espera. bastante nervioso, contrastando la pronunciación de "ambassadress" con la traductora y preguntándole a uno de los amplísimos si podíamos usar un "wireless microphone"...
y el momento llegó y me dijeron que un saludo y listo, que llegaban tarde. y yo, medio colapsado, medio emocionado, sostuve el micro mientras leían el saludo en español. pero no me quedé callado sino que empecé a preguntar a discreción. primero beyoncé, luego kelly, luego michelle... y al final me dijeron que "vale ya". pero yo tenía ya mis preguntitas hechas... acababa de vivir mi momento de gloria, mi instante "a solas" con destiny's child...
nunca me había puesto tan nervioso. ni con maragall, ni con letizia, ni con ronaldinho... me costó recuperarme, la verdad. pero la pieza salió bien, que era lo importante. y luego disfruté mucho del concierto. fue la tensión acumulada, imagino, la que me puso la carne de gallina cuando salieron al escenario del sant jordi.
de todas formas, al margen de la inyección de ego que supone una vivencia así, salí de la casa con una conversación a medias: la que empecé con el gerente, el padre de mi amiga.
y es que él defiende la bondad de mcdonalds por dedicar tanto dinero, sin que nadie se lo exija, a los cientos de casas ronald mcdonald que hay sembradas por el mundo. y destaca lo importante que es para esas familias contar con una ayuda así. pero yo no veo en mcdonalds más que una inmoral publicidad encubierta. pienso que la bondad es de él y de los que trabajan con él. de quienes dedican su vida a esos niños y a sus familias. pero de nadie más. que no nos engañen... ¡ni siquiera las destiny's child!

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